Motivos para una Huelga Nacional de Médicos: Yo voy

 la Confederación Nacional de Sindicatos Médicos (CESM) ha convocado una Huelga, la primera de una serie que se realizarán los últimos martes de cada mes hasta que nuestros gobernantes cedan a las reivindicaciones. Los médicos estamos agradecidos a la CESM por ello.

Nuestros motivos para la Huelga son debido q que las condiciones laborales de los médicos de la sanidad pública en nuestro país son deplorables. Pasamos a describirlas brevemente:

  1. Jornadas de trabajo interminables, de 24 horas, demasiadas veces sin descanso alguno.

¿Imaginan a un bombero apagando fuegos durante 24 horas seguidas? Pues no, en cuanto hay un incendio grande trabajan a turnos para descansar ¿O a un profesor dando clase de forma continuada un día entero?. Trabajar a ese ritmo tantas horas es insoportable.

 Pues eso nos hacen, sólo que además de socavar nuestra salud, ponen en riesgo a aquellos a los que atendemos cuando estamos demasiado  cansados porque no es que nos podamos equivocar en los conocimientos que podamos transmitir, es que nos podemos equivocar en actuaciones que ponen en riesgo la vida y la salud de los pacientes que atendemos. Y si eso ocurre, además del daño al paciente, nosotros nos quedamos con esa responsabilidad a nuestras espaldas para siempre, una y otra vez.

  • Sobrecarga de trabajo insoportable en numerosos puestos.

En los quirófanos el cirujano tiene que parar para que limpien entre cada operación y para anestesiar, en las consultas no. Por eso hay esas listas de espera tan desmesuradas para operarse y para consulta, no, y en Atención primaria encima nos imponen que la cita sea para Ya, sea urgente o no,  sea importante o sea una banalidad  que ni siquiera necesite atención médica o simplemente ni sea de nuestra competencia.

Nos citan a las personas a destajo, sin tiempo suficiente, y esperan que hagamos una labor de Sherlock Holmes impecable: el paciente nos da 2 ó 3 pistas y nosotros tenemos que hacer una labor de investigación brutal preguntando, explorando, rebuscando entre nuestros conocimientos y lo que conocemos del paciente, llegando en un tiempo record a una presunción diagnóstica que muchos esperan que sea infalible sobre quien es el asesino responsable del deterioro de su salud, y proponiendo la mejor estrategia para atraparlo y neutralizarlo. Y todo ello haciendo que el paciente se sienta atendido, cómodo, valorado y teniendo en cuenta su opinión y sus preferencias, amén de solicitar y explicarle todos los trámites a seguir durante todo el proceso. Y ¡cuidado si trae varios motivos de consulta!, eso supone varias investigaciones en el tiempo de una.

Nos revientan la mente y también la salud  debido al cansancio,  el estrés y el hartazgo.

  • No nos reconocen que somos una profesión de riesgo.

Tenemos riesgos psicológicos evidentes. Soportamos una intensidad emocional y con una frecuencia tal que no soporta ninguna otra profesión. Todos los días estamos en contacto y acompañando en el dolor, la enfermedad y la muerte, y con el temor de las consecuencias de nuestros errores.

Tenemos riesgos biológicos  indiscutibles. Ni siquiera viendo cómo arriesgamos nuestra vida, cuántos miles de contagiados llevamos, cuántos ingresados en hospitales y en UCI y cuántos muertos de entre los médicos nos protegen adecuadamente. Ha costado muertos que se decidan a facilitarnos los suficientes y adecuados equipos de protección, y todavía escasean o nos racanean en muchos servicios la cantidad necesaria, como si el valor del ahorro estuviera por encima del valor de nuestras vidas.

NI siquiera reconocen la penosidad de nuestro trabajo por el exceso de horas realizadas en las guardias, o enfundados en EPIs, o por las horas empleadas fuera del trabajo para mantener nuestra competencia.

Nuestro trabajo es penoso, peligroso y rodeado de tóxicos y debería  conllevar bonificaciones para una jubilación más precoz, que nos niegan.

Cualquier funcionario de este país puede jubilarse con 61 años y 30 años trabajados, menos nosotros.

  • Y el colmo que remata la situación es la decisión del Gobierno central materializada en el Real Decreto Ley 29/2020 y refrendada en el Parlamento por los partidos afines de:            
    • Anular el valor del conocimiento de las especialidades médicas.
    • Anular nuestra voluntad y opinión para que estemos a su disposición absoluta para movernos de puesto como si no hubiésemos dado todo lo razonable y más durante la primera oleada sin que nos obliguen.
    • Despreciar al máximo a los médicos de atención primaria, todos tan especialistas como cualquiera otros, con los mismos requerimientos,  los mismos años para serlo y quizás hasta más dificultad por el volumen y variedad de conocimientos que necesitamos. Han establecido  que  enfermeros de hospitales puedan hacer  nuestro trabajo en los centros de salud. Algo fuera de toda lógica y de toda normativa vigente. Es legalizar el intrusismo profesional de una forma descabellada y sumamente peligrosa.
    • Centran todo el esfuerzo de control de la pandemia y de lo que no es pandemia en los profesionales de la Sanidad Pública, mientras permiten que la privada siga su camino, el cual comprende absorber a todos los médicos que huyen y seguirán huyendo de la pública escapando de las condiciones abusivas, la precariedad y los bajos sueldos.

Pueden leer nuestro análisis en https://bastayaandalucia.health.blog/2020/10/05/el-decretazo/

Si perciben que el médico de la Sanidad Pública que le atiende no le escucha, no le presta la atención que usted cree que necesita, no empatiza lo suficiente, no acierta en el diagnóstico, parece cansado, harto o enfadado…No se extrañen. Es lo normal de la naturaleza del ser humano cuando nuestras condiciones de trabajo son estas, y más aún cuando con los años te vas dando cuenta, y cada vez más, de que nos explotan y nos maltratan. De que los gobernantes lo hacen, todos, para ahorrar dinero a nuestra costa, y que algunos de ellos incluso para que la sanidad pública no funcione bien  y así enriquecer a las privadas (y/o enriquecerse ellos). Te das cuenta de que todos lo saben, los pacientes incluidos, y pocos alzan la voz en contra, pero sí se aprovechan de ello y exigen que se atiendan sus necesidades por encima de las nuestras, a veces hasta agrediéndonos.

No se extrañen que vayamos a la Huelga en plena pandemia.

No se extrañen si nos vamos de la Sanidad Pública. Cada vez somos más los que tenemos claro que hay condiciones laborales que jamás se deben soportar, ni por dinero ni por vocación.

No se extrañen si se quedan en breve sin Sanidad Pública y con la Pandemia entera para ustedes.

El pacto debe ser #CuidaAQuienTeCuida  y #YoTeAyudoSiTúMeRespetas.

La sociedad tiene una deuda inmensa con los médicos. Es hora de empezar a devolver parte de lo recibido.

Andalucía, a 26 de octubre de 2020



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